La interrelación texto verbal - texto visual es una forma de anclar el sentido. Ante las múltiples posibilidades interpretativas, el texto verbal es fuertemente propositivo de una lectura, evidente o larvada de la imagen. Pero el texto verbal no subtitula, no describe, no relata ni explica lo que sucede en la imagen.
•El texto verbal cuya lectura no es imprescindible para la comprensión de la propuesta puede considerarse como texto de relevo: aporta información que no puede leerse en la imagen y como tal su jerarquía visual es de orden secundario.
• El tiempo de lectura reclamado al destinatario es muy reducido.
• El destinatario se puede construir a partir de un indicio visual que refiera la temática: la intención no es sólo producir una ruptura visual, sino detener las miradas de aquellos sujetos con quienes queremos establecer un contacto.
• El afiche reclama una construcción discursiva sintética, que puede ponerse en escena a través de un manejo austero de los elementos. Esto no debe entenderse como regla sino como una posible recurso para la planificación estratégica. Síntesis formal no es sinónimo de síntesis conceptual.
• Si el afiche no es solidario y amable con su destinatario puede volverse críptico. Si el afiche es críptico, se vuelve invisible.
• El afiche, en tanto afiche, busca movilizar a su destinatario. No persigue simplemente el conocimiento de una información, sino la realización de un saber en una acción. Esa intención debe ser inequívoca para el autor de la pieza gráfica. La pregunta no es "¿qué quiero decir?" sino "¿que acción quiero lograr a partir de esto que digo?".
• Recursos a tener en cuenta para jerarquizar la propuesta: estructura, márgenes, diseño del espacio en blanco, ritmo, contraste, negociación de tensiones en el plano.
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